El II Voluntariado se despide de las Hermanas del Verbo Encarnado

Así ha quedado la segunda planta de la casa nueva para los niños en Beit Sahour. Sabemos que nuestro pequeño trabajo es eso, pequeño. Pero confiamos en que la ayuda de Dios lo haga inmenso como el grano de mostaza. Como hace mil años, la Orden sigue al servicio de las piedras vivas de Tierra Santa.

Hoy, la despedida de las Hermanas del Verbo Encarnado ha sido muy emotiva. La Madre nos ha dado su gratitud y el reconocimiento a la labor realizada. Ella ha expresado que nuestro grupo deja un rastro doble. Por un lado, el trabajo material, que es importante y, por otro lado, el espíritu de unidad y entrega del grupo. Hemos sido un equipo en todos los sentidos y hemos hecho familia con ellas y para los niños.